El voluntariado de Santa Bernardette nace bajo la necesidad de ayudar y acompañar a pobres y abandonados en los hospitales. A través de una voluntaria que hacía prácticas en un hospital de Barcelona, nos llegó una petición urgente al ver pacientes indigentes solos y abandonados. 8 voluntarios del equipo de Casa de María se pusieron en marcha y empezaron a cubrir las necesidades materiales : bata, zapatillas.. luego les acompañan humanamente leyéndoles libros, intercediendo con las asistentas sociales del hospital y por ultimo si alguno voluntariamente quiere se les acompaña espiritualmente a la capilla, lugar donde suele haber un sagrario abandonado, muchas de las veces.
Testimonios:
1er. testimonio:
Yo soy Miriam, y me gustaría contar algo que tiene mucho que ver con el apostolado de Bernadette que acabamos de comenzar hace unos días:
Yo solía traer a Antonia a Casa de María, porque se había quedado ciega de la noche a la mañana y no podía valerse por sí misma. Esta buena amiga mía ya conocía el amor que siento por Santa Bernadette, y sabía que Bernadette es la Patrona de los enfermos. Cierto día me pidió que le trajese una estatua de Bernadette; se la compré y tan pronto la tuvo entre sus manos, comenzó a pedirle: "Bernadeta, por favor, devuélveme la vista", entre sollozos. Sintió la respuesta en su interior: "Haré lo que pueda y Dios me permita". Se aferró mucho a Bernadeta, y la agarraba en sus crisis de ansiedad, en sus momentos de angustia... El caso es que el trombo que le impedía ver, se deshizo justo una semana antes de morir. Murió feliz, porque había vuelto a ver: "Es un milagro", decía.
El caso es, que el mismo día en que traje la estatua de Bernadeta que había sido de Antonia a Casa de María, fue cuando nos enteramos de los primeros enfermos graves que se encontraban totalmente solos en el Hospital del Mar. Pensamos en dar a este Apostolado el nombre de esta gran mujer por esta "coincidencia" (Personalmente, creo que de "coincidencia" nada). Además, antes de hacerse religiosa, Bernadette aprendió el oficio de enfermera en el hospicio de Lourdes en el que estaba internada. Allí, con su alegría y con su amor por los enfermos y por la Virgen, ya empezó a cuidar a los más enfermos, a los más desfavorecidos. Años más tarde, ya siendo monja, dio este consejo a una amiga suya: "No te olvides de ver a Cristo en la persona del pobre. Cuanto más asco dé, más hay que amarle". Y ya poco antes de morir, hizo esta promesa que se ha convertido en su lema: "No olvidaré a nadie".
Conozco bien a Bernadette, y sé con certeza que ella, la Virgen y Jesús están detrás de esta obra maravillosa con los enfermos. Miriam
2do. testimonio:
Testimonio ANÓNIMO voluntario BERNADETTE :
"Aquel fin de semana, a través de alguien cercano, supe de un enfermo que estaba ingresado en fase terminal en el hospital y se pedía acompañarlo al estar sin familia, ni amigos.
Mis primeros pensamientos fueron:
Que caray tenía que ver eso con mi vida !!
Iba a cambiar algo en su corta estancia irlo a ver ??
Ni siquiera lo conocía !!.
Lo racional me llenaba de mil y una razones para esquivarlo, pero algo irracional se coló en mí y decidí ir a conocerlo y acompañarlo.
Al llegar todos mis miedos y reparos se esfumaron y encontré a una persona cuya mirada pedía que se le escuchara. Sin más protocolos rompimos a hablar y coincidimos en la afición a la pesca, luego con gran generosidad me explicó su situación. Le dije convencido que Dios le iba a ayudar.
Pude volver unos días más tarde, después de que hubiera recibido a otros voluntarios y su rostro estaba aseado e iluminado, había ganado vitalidad, su mirada era de agradecimiento, de mayor esperanza, el saber que a alguien importaba su vida , pese a su severa gravedad, le había cambiado y había movido nuestros corazones !!! “