Voluntariado "Huerto de Getsemaní"

Huertos para pobres :  Existe la necesidad de salir de las ciudades y volver a la vida de campo, más saludable, donde con las manos trabajamos y queremos desestresarnos de la vida mundana. Con el contacto de la tierra, el campo, las semillas y los frutos, queremos transformar nuestra vida. 
 
Fue en el jardín donde, según el Nuevo Testamento, Jesús oró la última noche antes de ser arrestado. Está ubicado a los pies del Monte de los Olivos en Jerusalén. ... Después de la Última Cena, Jesús se dirigió al huerto, donde acostumbraba reunirse con sus discípulos a orar.
 
En la ciudad industrial del XIX y principios del XX, las principales funciones de los huertos urbanos son la subsistencia, la salud, la “moralidad” y la estabilidad social. Fomentados por asociaciones benéficas, por la iglesia, por humanistas e higienistas demuestran ser un instrumento adecuado para proporcionar recursos a los más necesitados, a la vez que controlan el exceso de autonomía mediante normas y condiciones, con un marcado carácter político, moral o religioso. Como ocurrirá en una dimensión más amplia en las company-towns (que también incluían parcelas de huerto en cada casa), la visión paternalista de los empresarios está acompañada del intento de controlar los hábitos de vida y la moral de los trabajadores y alejarlos del incipiente movimiento obrero o de prácticas de autonomía. Así se establecerían distintas medidas para evitar que los huertos proporcionen una alternativa al trabajo asalariado, controlando su tamaño, estableciendo planes y rotaciones de cultivo y prohibiendo la venta de la producción, que sólo podía destinarse al auto-consumo.
 
El origen de los huertos para pobres se sitúa en ámbitos rurales siglos antes de la Revolución Industrial, y se puede ilustrar con el proceso de cercamiento en Reino Unido, que se inicia en el siglo XVIII, con una serie de leyes . Algunos miembros de la iglesia y grandes propietarios de suelo se muestran partidarios a ceder terreno a los campesinos sin tierra, con los argumentos de que esto ayudaría a reducir el crimen y la inmoralidad, reduciría los subsidios a los pobres y contendría la emigración a las ciudades industriales. La provisión de huertos era voluntaria, a pesar de que se intentó legislar sin éxito durante el siglo XVIII, y los propietarios de los terrenos establecían condiciones como la asistencia regular a la iglesia, la educación de la familia en la decencia y las buenas costumbres, y la expulsión en caso de comportamientos o convicciones consideradas criminales (King, 2007). Una ley de 1819, (Select Vestries Act), da a los párrocos y supervisores de las Leyes contra la pobreza la autoridad para alquilar terrenos a los desempleados. A partir de esta ley se comienzan a desarrollar allotments de menor tamaño en las ciudades (en la periferia o en terrenos sin desarrollar en el centro). A lo largo del siglo XIX irá disminuyendo el número de allotments rurales y se convertirán en un fenómeno mayoritariamente urbano. Se pasa también, a medida que su número aumenta y el acceso a ellos está más extendido, desde la reclamación de más espacios de cultivo a las protestas por los alquileres, que al estar en manos de propietarios privados, son mucho más altos que los de terrenos agrícolas (King, 2007).

Colabora con nosotros

  • Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 

La peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual
-Evangeli gaudium 2000

Asociación casa de María Reina de la Paz
https://casademariareinadelapaz.org/

El Rosario de las 11
  • Calle del Baluard, 106 bajos 
  • La Barceloneta - Barcelona
  • 669 346 064
  • Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

© 2019 Casa de María. Todos lo derechos reservados